miércoles, 3 de diciembre de 2008

Hoteles (I)

Como he tenido algunas consultas sobre hoteles, voy a escribir un poco sobre mi experiencia sobre estos, aunque claro está, ha sido limitada porque poco más de dos semanas tampoco dan para mucho.

Hay dudas generalizadas sobre el estilo de habitación. Porque hay dos tipos, la occidental y la japonesa. Sobre la primera no hay mucho que decir, aunque sí un apunte importante, y es que suele llevar baño propio. Los japoneses gustan mucho de los baños comunes, y la habitación japonesa no suele tener baño propio.

En cuanto a la habitación tradicional nipona, nos encontramos con un suelo de esteras cuadradas o mats. El tamaño de la habitación se mide por el número de esteras que ocupa, creo que tienen un tamaño estándar. Huelen un poco como a cáñamo y son ligeramente flexibles. Por supuesto, tienes que descalzarte antes de entrar, a diferencia del cuarto occidental donde te mueves libremente con zapatones.

En una esquina del cuarto suele haber una zona "noble", con un cuadrito, un jarrón con flores o una caja adornada, vete a saber. Por cortesía hacia los anfitriones no se debe alterar esa zona. No tiene ninguna utilidad aparente salvo el de añadir un cálculo adicional a todos tus movimientos.

En las habitaciones japonesas la vida se lleva a cabo a ras de suelo. Suelen tener una mesita baja y algunas incluso una especie de "silla sin patas" o respaldo andante, para apoyar la espalda cuando te sientas a la mesita. Se duerme sobre un futón tendido sobre las esteras, que se pliega y recoge durante el día por el personal del hotel. A mí me pareció bastante cómodo; además después de la paliza de la vida de turista, yo creo que puedes dormir perfectamente encima de piedras afiladas que ni te enteras.



Te puedes encontrar, en los ryokan u hoteles tradicionales, con que las paredes están hechas de papel, lo que permite a los hostaleros jugar al tetris con las habitaciones y adecuarlas al número de anfitriones; aunque yo no he tenido la suerte de trasnochar en un alojamiento donde utilizaran estas paredes móviles. Una pena, suena como algo gracioso.

En el posible lado negativo tenemos que el baño suele estar fuera, aunque tampoco es muy grave. Te calzas tu yukata y te mueves por el hotel en pantuflas para la ducha, aseo y necesidades, y así conoces al resto de inquilinos. Otra posible pega es que las habitaciones japonesas, en los ryokan, pueden estar cerca del patio interior, y en verano entra humedad y mosquitos.

Pero en conjunto, dormir en una habitación al estilo nipón es una experiencia nueva que forma parte de la cultura del país que visitas, y que aporta una visión diferente y divertida. Altamente recomendable. ¡Para dormir en un cuarto occidental vuélvete a España co***es!

Para conocer mi experiencia con los alojamientos visita el siguiente enlace.

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